Porque por fe andamos, no por vista. 2 Co.5:7
Hoy en la mañana salí a la terraza a tomar un poco de sol, pero cuando mire hacia arriba vi, que el cielo estaba completamente cubierto de nubes blancas y grises, y me dije a mi misma, hoy no hay sol. Inmediatamente sentí en mi hombro izquierdo el caliente de los rayos del sol, volví y mire hacia el cielo y note que el sol estaba escondido detrás de las nubes y desde allí irradiaba su calor. ¡Qué bonito! Aún en los días nublados y lluviosos podemos disfrutar del calor del sol, aunque no lo podamos ver, ahí está. Esto me llevo a meditar en lo grande que es Dios, y dije en mi mente así es Dios, no lo podemos ver pero podemos sentir su presencia, y si no sentimos su presencia, tenemos la convicción de que él está en nosotros y alrededor nuestro porque lo percibimos en nuestro espíritu, porque esto no es por lo que vemos, tocamos o sentimos, tampoco es por emoción, esto es por el Espíritu Santo de Dios quien nos da testimonio de que somos de Él.
Muchas veces cuando estamos pasando por momentos difíciles o cuando las cosas no nos salen como nosotros queremos, lo primero que pensamos y decimos es, que Dios nos ha abandonado, y que no nos escucha, si no sentimos nada cuando oramos o cuando le alabamos o le adoramos. Que equivocados estamos, Dios es bueno, y el siempre está con nosotros, aunque no lo sintamos él está ahí, quizás es que nosotros estamos muy afanados y no le estamos dando ocasión al Espíritu Santo para que manifieste y glorifique a Dios en nuestras vidas. No dudemos ni perdamos la confianza en el Señor, acerquémosno a Él en plena certidumbre de fe, con un corazón sincero y limpios de toda mala conciencia.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Heb.11:6
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Heb.11:1
Dios te bendiga.
Escrito por Venus L.G.©
Hoy en la mañana salí a la terraza a tomar un poco de sol, pero cuando mire hacia arriba vi, que el cielo estaba completamente cubierto de nubes blancas y grises, y me dije a mi misma, hoy no hay sol. Inmediatamente sentí en mi hombro izquierdo el caliente de los rayos del sol, volví y mire hacia el cielo y note que el sol estaba escondido detrás de las nubes y desde allí irradiaba su calor. ¡Qué bonito! Aún en los días nublados y lluviosos podemos disfrutar del calor del sol, aunque no lo podamos ver, ahí está. Esto me llevo a meditar en lo grande que es Dios, y dije en mi mente así es Dios, no lo podemos ver pero podemos sentir su presencia, y si no sentimos su presencia, tenemos la convicción de que él está en nosotros y alrededor nuestro porque lo percibimos en nuestro espíritu, porque esto no es por lo que vemos, tocamos o sentimos, tampoco es por emoción, esto es por el Espíritu Santo de Dios quien nos da testimonio de que somos de Él.
Muchas veces cuando estamos pasando por momentos difíciles o cuando las cosas no nos salen como nosotros queremos, lo primero que pensamos y decimos es, que Dios nos ha abandonado, y que no nos escucha, si no sentimos nada cuando oramos o cuando le alabamos o le adoramos. Que equivocados estamos, Dios es bueno, y el siempre está con nosotros, aunque no lo sintamos él está ahí, quizás es que nosotros estamos muy afanados y no le estamos dando ocasión al Espíritu Santo para que manifieste y glorifique a Dios en nuestras vidas. No dudemos ni perdamos la confianza en el Señor, acerquémosno a Él en plena certidumbre de fe, con un corazón sincero y limpios de toda mala conciencia.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Heb.11:6
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Heb.11:1
Dios te bendiga.
Escrito por Venus L.G.©
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