Orando por nuestros Hijos...por liberación y purificación.
¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Salmos 19:12-14
Padre Santo venimos delante de ti para presentarte a nuestros hijos. Te pedimos que los libertes y los purifiques, para que te sirvan con un corazón Limpio. Que guarden tus dichos en sus corazones, para que sean gratos los dichos de sus bocas, y no pequen contra ti. Produce en ellos el querer como el hacer y dales dominio propio para que puedan desechar toda inmundicia, y quitar de ellos toda palabra deshonesta, griterias, maledicencias y toda obra carnal que no edifica, sino que los separa de ti. Quita de ellos todo orgullo y soberbia para que no sean sabios en su propia opinión, mas bien que sean humildes y honestos llenos del Espíritu Santo, y sean revestidos de la armadura de Dios. Padre gracias por atender esta oración hecha en el bendito nombre de tu Hijo Jesucristo. Amén.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:22-32
Dios te bendiga.
Por: DulceOración
¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Salmos 19:12-14
Padre Santo venimos delante de ti para presentarte a nuestros hijos. Te pedimos que los libertes y los purifiques, para que te sirvan con un corazón Limpio. Que guarden tus dichos en sus corazones, para que sean gratos los dichos de sus bocas, y no pequen contra ti. Produce en ellos el querer como el hacer y dales dominio propio para que puedan desechar toda inmundicia, y quitar de ellos toda palabra deshonesta, griterias, maledicencias y toda obra carnal que no edifica, sino que los separa de ti. Quita de ellos todo orgullo y soberbia para que no sean sabios en su propia opinión, mas bien que sean humildes y honestos llenos del Espíritu Santo, y sean revestidos de la armadura de Dios. Padre gracias por atender esta oración hecha en el bendito nombre de tu Hijo Jesucristo. Amén.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:22-32
Dios te bendiga.
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